lunes, 23 de septiembre de 2013

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martes, 17 de septiembre de 2013

De la Revista Ñ


Selfies: el espectáculo de mi fotografía íntima

La “autofoto” es la expresión gráfica del “Yo” en la época del narcicismo digital. Estrellas de Hollywood, políticos, futbolistas y anónimos se autoexhiben en las redes sociales.


POR NICOLAS MAVRAKIs

No hace falta integrar una generación de nativos digitales para conocer que la forma más tajante del desaire contemporáneo es la eliminación de una amistad en Facebook y que no hay alejamiento más punzante que un bloqueo en Twitter.
Para la lógica de producción e intercambio de contenidos en la Web –un universo que va desde lo social hasta lo económico pasando por todas las variantes imaginables de lo cultural y lo erótico– esas son desconexiones que apartan literalmente un mundo de otro. Como protocolo social, el rigor de ese devenir es público y privado incluso cuando la frontera entre ambos territorios se desdibuje.
Incólume en el centro del escenario, sin embargo, prevalece la figura del Yo . Una soberanía que entre celebridades y usuarios corrientes a lo largo de todas las redes sociales ha encontrado en las selfies su primera gran estética global.
Sin otro requisito que un teléfono celular, el objetivo de las selfies –o “autofotos” según el neologismo inglés para el autorretrato digital– es producir en simultáneo una presencia estética y ontológica: el Yo existe porque su presencia en el mundo es retratada por el propio Yo. Y la forma en que este Yo debe mostrarse no es azarosa: entre los labios fruncidos y los ojos bien abiertos para ellas –el famoso “duck face” o “cara de pato”– y los guiños con media sonrisa para ellos –con el mentón elevado para disimular la papada en los casos más adiposos–, el primerísimo primer plano es obligatorio y debe capturarse por la mano del propio retratado.
En sintonía con el resto de la Web, que prefiere las vicisitudes del caos antes que rigidez de las jerarquías, la belleza tradicional es deseable pero no es (aunque ayuda) condición necesaria para una buena selfie. Colmar la autoestima, fomentar la seducción, incrementar la envidia, recategorizar los propios umbrales del deseo: mientras la imagen guste, se comparta y circule con o sin su #hashtag y con un filtro a la altura provisto por Instagram, las selfies trazan un lenguaje epocal donde la soberanía del enunciador es absoluta.
Como explica la antropóloga Paula Sibilia en su ensayo La intimidad como espectáculo , el Yo que habla y se muestra incansablemente en la Web suele ser triple: es al mismo tiempo autor, narrador y personaje. Tres coordenadas sobre las que la mera crudeza del narcisismo envasado en las selfies comienza su proceso de estetización alrededor de hábitos bien delimitados de consumo y sociabilidad, entre los que ni la política –en versión partidaria o ciudadana– escapa de las ambigüedades de lo fáctico, la representación y lo testimonial. ¿Pero hasta dónde esas individualidades incandescentes son libres para permitirse mostrarse de otra manera?
“La presentación de la persona en las redes sociales, institución social que regula cada vez más la vida cotidiana, al punto que uno ya no puede desayunar sin chequear sus perfiles, tiene una estética dominante que combina aquella de las fotos de pornografía amateur con las de las publicidades de Coca-Cola”, analiza a partir de dos claros extremos de representación el sociólogo y escritor Hernán Vanoli.
Minada por las tensiones sensuales de quien se obsequia a la mirada y el ánimo microempresarial de la self promotion, la estética selfie es para Vanoli “una ñoñez a lo sumo festiva”. “Jean Baudrillard sostiene que hay dos cuestiones centrales para que la pornografía funcione: la enunciación debe ser minuciosa y no accesible al ojo humano sin la mediación técnica, y la ambivalencia entre el placer y el dolor debe estar caricaturizada y al mismo tiempo verosimilizada a través de una buena actuación. Esta idea puede aplicarse al infrarrealismo de las fotos de las redes sociales: nunca se puede saber si están retocadas o no porque eso es inaccesible al ojo humano, y a la vez existe una ambivalencia sobre si el que postea busca seducir o ser consumido como imagen”, explica.

Casi famosos
Con la ayuda circunstancial de un espejo, mientras tanto, celebridades, usuarios comunes y funcionarios públicos se convierten en sus propios paparazzis a la velocidad de Internet, al tiempo que las selfies decantan como fenómeno con intervención directa en el diseño y la demanda de tecnología: no es casualidad que los smartphones desarrollen y coloquen cámaras cada vez más sofisticadas al frente y no en la parte posterior del equipo.
Se trate de Hillary y Chelsea Clinton en un evento, Michael Moore, Bill Maher y Salman Rushdie juntos en un partido de básquet, Justin Bieber mostrando sus abdominales o la ociosa heredera Kim Kardashian registrando cada paso de su vida, la pulsión por el ensamblaje digital de un Yo dispuesto a compartir y afirmar su existencia comienza a provocar también preguntas. Según un estudio realizado este año por las universidades de Birmingham y Edimburgo sobre 500 usuarios de Facebook, la tendencia exagerada a publicar y compartir selfies provoca rechazo por parte de los viejos amigos y colegas del mundo analógico, para quienes la exposición volvería más endeble su vínculo afectivo real. Y ese es el punto clave sobre el que lo que funciona como simple autorretrato se combina de manera enigmática con el vértigo digital de la información y sus efectos.
Como herramienta visual para el relato autobiográfico, la destreza sobre la estética selfie no se resuelve en las implicancias técnicas de su ejecución –hasta un astronauta puede hacerlo, como demostró el japonés Aki Hoshide en la Estación Espacial Internacional– sino en el recorte y la selección de escenas y momentos a construir para su inmediata exhibición. No se trata de la mirada sino de la mirada que cada cual es capaz de construir sobre sí mismo.
Por eso la excentricidad de un espacio como Webcamtears.tumblr.com, donde usuarios corrientes se muestran derrumbados entre sus propias lágrimas, choca ante un canon de bienestar y superación cool bajo la utilería de mascotas, esmaltes, puntos turísticos, tatuajes o platos del día como los que suelen lucir princesas selfies como la modelo Helen Flanagan o las cantantes Rihanna o Taylor Swift (vale la contraparte de Arnold Schwarzenegger, afirmando su imagen de duro al mostrar la cicatriz fresca de su herida durante una filmación, o las selfies íntimas de Scarlett Johansson que hace unos años se filtraron en la Web).
Si bien las selfies están presentes entre los usuarios argentinos de la Web como en cualquier otro punto geográfico de la Web, sus práctica oscila entre las celebridades locales con valores cercanos a lo publicitario –en el caso de Marcelo Tinelli y la primicia de su relación con Guillermina Valdés, ofrendada al ojo público a través de una selfie de la pareja en Miami–, o lo meramente cotidiano, como en las postales del futbolista Sergio Agüero o la actriz de telenovelas Celeste Cid.
A tanta distancia como lo permita el brazo que sostiene la cámara, la estética del Yo digital se autorretrata por igual en escenarios tan plácidos como dramáticos, si bien “no deja de exhibirse en primer plano toda la irrelevancia de la vida real”, como señala Sibilia en su texto. Los matices de los estados afectivos, niveles de consumo o activismo ciudadano –como puede verse en protestas sociales en puntos disímiles como Nueva York, El Cairo o Buenos Aires– se ofrecen en una paleta de tonos variados, siempre únicos y siempre ligeramente banales. Signos que también apuntan algo sobre la nueva estética digital del Yo.

lunes, 2 de septiembre de 2013

Ley de Medios


Los argumentos que se llevó la Corte para dictaminar sobre la ley de medios

Durante la audiencia pública de más de tres horas, el máximo tribunal interrogó a Clarín y al Gobierno, que defendieron su postura; fue el último paso antes del fallo

Ahora, sólo queda el dictamen de la Corte. El conflicto entre el Grupo Clarín y el Gobierno por la ley de medios tuvo hoy el penúltimo capítulo de su derrotero judicial. En lasegunda jornada de la audiencia pública convocada por el máximo tribunal, cada parte pudo exponer sus argumentos antes de que llegue el fallo que dictaminará sobre la constitucionalidad -o no- de los artículos cuestionados. Ese momento crucial aún sigue sin fecha.
Durante tres horas y media, los magistrados interrogaron exhaustivamente a los representantes del multimedios -encabezados por el abogado Damián Cassino- y de la Casa Rosada -que envió un grupo de técnicos dirigidos por el titular de la Afsca, Martín Sabbatella-.
En total fueron 17 preguntas para Clarín y 36 para el Gobierno, además de algunas que se realizaron al perito económico Néstor Rubén Alessandri, que negó que el grupo sea un monopolio y aseguró que su desinversión significaría una "menor prestación y bienestar para el usuario".
Las posturas no se movieron de su posición original, las mismas de cuatro años atrás, cuando la ley fue sancionada por el Congreso y Clarín impugnó en la Justicia cuatro artículos. Mientras el grupo mediático aseguró que que la aplicación total de la norma afecta la sustentabilidad económica de la empresa y a la libertad de expresión, la Casa Rosada sostuvo que la ley protege la diversidad de contenidos y de los prestadores de servicios.
No hubo debate entre las partes, pero sí acusaciones cruzadas en los momentos finales de la audiencias, cuando la Corte concedió 10 minutos a cada uno para sus alegados. "¿Para qué quieren las licencias del Grupo Clarín? ¿para silenciarlo?", se preguntó allí Cassino. A su turno, Sabatella acusó al grupo de actitudes desestabilizadoras: "Los límites que impone le alcanzan para ser sustentable [económicamente], salvo que quiera extorsionar a la democracia, manipular a la opinión pública o sacar y poner presidentes".
El juez Eugenio Zaffaroni fue el único ausente en la audiencia porque -según trascendió- está de viaje en Alemania. Ayer, el magistrado apenas escuchó los primeros minutos de la presentación de los "amicus curiae" y se retiró de la sala sin regresar.

ARGUMENTOS ENFRENTADOS

Primero en exponer por ser el demandante, Clarín dispuso a sus abogados Cassino, Angélica Gelli y Alejandro Carrió, junto a un grupo de técnicos, a responder frente al tribunal.
La empresa argumentó una "incapacidad de sobrevivir" en caso de entrar en vigencia los artículos 41 -prohíbe venta de las licencias de medios audiovisuales-, 45 -fija varias restricciones a la cantidad de licencias de FM, AM, TV abierta y por suscripción-, 48 -impide argumentar derechos adquiridos sobre licencias obtenidas antes de la sanción de la ley- y 161 -fija el plazo de un año desde la entrada en vigor de la ley para la adecuación.
"La ley produce un efecto contrario al que declara, se afecta la libertad de expresión porque se afecta la sustentabilidad del grupo", dijo uno de los abogados de Clarín
¿Por qué la actora sostiene que se afecta la libertad de expresión?, quiso saber la Corte. Los defensores aludieron a un "hostigamiento por parte del Estado Nacional" e intentaron vincular las pérdidas económicas que sufriría el grupo con la libertad de expresión. "La ley produce un efecto contrario al que declara, se afecta la libertad de expresión porque se afecta la sustentabilidad del grupo", argumentó Cassino. "Se desbarata un medio que es una puerta al mundo", dijo Gelli.
"¿Si la libertad de expresión requiere un volumen económico como el del grupo Clarín, qué ocurre con los demás grupos que no tienen esa entidad, no tendrían libertad de expresión o deberían ser subsidiados para equipararlos a Clarín?", quiso saber el tribunal. Gelli volvió a hablar de la "sustentabilidad" y Lorenzetti pidió a los expositores que sean concisos en sus respuestas. Fueron los especialistas finalmente quienes dieron una respuesta técnica a la situación.
Tras un cuarto intermedio, la pelota pasó al campo del Ejecutivo, cuyos defensores debieron responder más del doble de preguntas que se le hicieron a Clarín. La situación provocó bromas al final de la intervención. "Menos mal", soltó entre risas la abogada Graciana Peñafort Colombi cuando el presidente del tribunal le comentó en un momento que le hacían la pregunta 36, la última.
"No se aplica plenamente [la norma] porque un grupo de medios no quiere entrar en las generales de la ley", sostuvo uno de los defensores del Ejecutivo
Los representantes del Estado admitieron ante la Corte que cuatro años después de la sanción de la ley se aprobó el 35,9 % de las solicitudes de adecuación a la nueva norma, que fueron presentadas por los diferentes adjudicatarios de licencias.
Ante una pregunta sobre el cumplimiento de la norma por parte del organismo, el abogado Daniel Larrache reconoció la situación actual: hasta el momento se adecuaron 14 licenciatarios, 15 adecuaciones aún esperan aprobación y 10 fueron desestimadas.
También mostró el peso de Clarín frente a otros medios. Aseguró que el multimedios ostenta más de 230 licencias, frente a 49 su segundo competidor. Dijo que hay 650 licenciatarios con una sola licencia de cable.
En otras respuestas, Larrache -director de gestión, administración y desarrollo de la Afsca- admitió que la ley "no se aplica plenamente porque un grupo de medios no quiere entrar en las generales de la ley". Y Peñafort remarcó que Clarín "logró concentrar más licencias que las permitidas" y señaló que "la libertad de expresión es un valor simbólico que requiere una legislación anterior a que se produzca la vulneración", a diferencia de la ley de defensa de la competencia, que es posterior.
El reloj marcó las 13.30 cuando Lorenzetti dio por cerrada la audiencia que había comenzado puntual a las 10. Y abrió el espacio de reflexión que tendrán los magistrados sobre la constitucionalidad o no de los 4 artículos impugnados, aunque no precisó cuántas semanas o meses requerirá. "La Corte pasa a deliberar", concluyó..

PARA LEER

NACION Data

Medios

La pauta oficial benefició a cinco grandes grupos

Recibieron el 41% de lo repartido en tres años; Veintitrés y Telefé, a la cabeza
Por   | LA NACION

Los grupos Veintitrés, Telefé, Uno Medios, Página/12 y Albavisión (Canal 9) fueron, por lejos, las cinco empresas de medios más beneficiadas en el reparto de la pauta del gobierno nacional entre el segundo semestre de 2009 y el primer semestre de 2012, según los datos disponibles en la página web de la Jefatura de Gabinete ( www.jgm.gob.ar ).
Entre los cinco recibieron el 41% de los $ 1833,6 millones invertidos en este concepto en ese período. Son, además, los únicos en recibir cada uno más de $ 100 millones. Tres de esas compañías son dueñas de señales de TV abierta y una tiene inversiones en el cable, dos actividades cuya viabilidad económica fue uno de los ejes de las audiencias sobre la ley de medios convocadas por la Corte Suprema la semana pasada.
Como viene sucediendo desde hace años, las campañas publicitarias del Gobierno en esta etapa favorecieron a medios que, a excepción de Telefé y algunos del Grupo Uno, tienen muy bajos niveles de audiencia o circulación . Otra característica común es que se trata de empresas de comunicación cuya línea editorial está alineada políticamente con la Casa Rosada.
El reparto arbitrario de la pauta oficial ha sido denunciado varias veces y condenado por la Justicia.
El grupo Veintitrés, de los kirchneristas Sergio Szpolski y Matías Garfunkel, le facturó al Estado en concepto de pauta $ 243,4 millones y fue el único en superar largamente los 200 millones. Los diarios Tiempo Argentino y El Argentino, Radio América y la señal de noticias CN23, entre otros medios de ese conglomerado, recibieron unos 223.000 pesos por día.

Telefé, grupo de nueve canales de TV abierta propiedad de Telefónica de España, ingresó $ 136,7 millones en el mismo período, pero tuvo en 2011 un salto notorio en el monto percibido. Telefé tiene aún pendiente de aprobación su plan de "adecuación" a la ley de medios. Según afirmó el presidente de la Autoridad Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual (Afsca), Martín Sabbatella, a mediados de noviembre de 2012, el grupo Telefé llega al 45,5% del país, pero la empresa entiende que su cobertura es apenas del 36% de la población y para reducir el 1% excedente propone vender sus canales de Neuquén y Bahía Blanca. Afsca no cuestiona que las licencias sean controladas por una empresa que también opera en la Argentina servicios públicos, actividad incompatible con la radiodifusión, según la ley de medios.
Uno Medios, sociedad del ex ministro menemista José Luis Manzano con el empresario Daniel Vila, controlante de América TV y una extensa red de diarios y radios, además del segundo cableoperador del país, Supercanal, recibió en los tres años relevados $ 131,1 millones. El grupo Manzano-Vila también tiene pendiente de aprobación su plan de adecuación a la ley de medios, que, entre otras cosas, contempla el reparto de las licencias entre los actuales accionistas, sus familiares y amigos para evitar que en conjunto superen los topes máximos permitidos.
Remigio González González, empresario mexicano dueño de Canal 9, FM Aspen y al menos dos canales de televisión digital terrestre, percibió $ 128,3 millones. González González vive en Estados Unidos y es dueño de Albavisión, una muy extensa red de radios y canales de TV abierta en Costa Rica, Honduras, Nicaragua, Paraguay, Ecuador, Bolivia y Chile.
Editorial La Página, editora del diario Página
12 y dirigida por el empresario Fernando Sokolowicz (también beneficiario de créditos oficiales para la producción cinematográfica), recibió $ 118 millones por la pauta oficial publicada en ese periódico.
Con $ 89,8 millones, el sexto en la lista de las empresas de medios que más dinero embolsaron está el Grupo Clarín (controlante de Cablevisión, Canal 13 y otras tres señales de TV abierta, Radio Mitre y otras seis emisoras, y una editorial de diarios y revistas, entre otros medios), aunque desde 2011 prácticamente no recibe publicidad oficial. Varios fallos judiciales (en causas iniciadas por Editorial Perfil y el diario Río Negro, entre otros) condenaron en los últimos años al Estado por usar la pauta oficial para castigar o premiar a los medios en función de sus líneas editoriales.
En el segundo semestre de 2009, la Jefatura de Gabinete -encargada de las decisiones sobre pauta oficial- dejó de identificar en qué medios o programas se difunden los spots publicitarios y desde entonces sólo indica la razón social o el nombre de quien emitió la factura. De entre las empresas que percibieron más de 100.000 pesos en tres años, LA NACION identificó la integración de cada sociedad según información publicada en la tercera sección del Boletín Oficial. Luego, sumó los montos correspondientes a compañías de un mismo grupo empresario. Por ejemplo, Szpolski-Garfunkel acumuló por las sociedades Balkbrug, Soluciones Logísticas, Comunidad Virtual, Desup, Periomundo, Manucorpo y Milke; grupo Telefé lo hizo sólo por Televisión Federal, y Página
12, sólo por Editorial La Página; Grupo Manzano-Vila lo hizo por Editorial La Capital, Supercanal, Cable Televisora Color, Uno Medios, América y Red Celeste y Blanca (estas últimas empresas tienen como accionista minoritario a la familia del diputado nacional Francisco de Narváez). En tanto, el grupo Albavisión, de González-González, suma por Telearte, RQP e IMC Radios.

EL RELEVAMIENTO

Sólo 26 grupos de medios recibieron más de $ 10 millones en los 36 meses que incluye el relevamiento; esas empresas concentraron el 72% del dinero repartido. Detrás de los seis primeros, y con $ 71,1 millones facturados, sigue el grupo de medios actualmente en manos de Cristóbal López, pero que hasta abril de 2012 fue controlado por Daniel Hadad. Grupo Crónica, de Raúl y Alejandro Olmos, percibió $ 70,8 millones. Luego, en orden decreciente en dinero recibido, siguen: Diario Popular (familia Fascetto), $ 54,6 millones; Grupo Ámbito Financiero (del rosarino Orlando Vignatti), $ 31,3 millones; los medios ahora en venta de Raúl Moneta, $ 24,2 millones; la estatal Radio y Televisión Argentina RTA, $ 23,4 millones; SA La Nación, $ 21,5 millones; Luis Cetrá (Radio Rivadavia y diario universitario La U), $ 20,7 millones; Grupo Publiexpress (Eduardo Lerner), $ 18,5 millones; Grupo Telecentro (Alberto Pierri), $ 18,2 millones; Grupo Alonso, de Mendoza, $ 18,1 millones, y el ex chofer de Néstor Kirchner, Rudy Ulloa, $ 15,2 millones.
 
 
Por debajo de los $ 15 millones acumulados en tres años aparecen: Grupo Gollan, de Rosario, $ 14,3 millones; Grupo De Narváez (por el diario El Cronista), $ 13,7 millones; el grupo mexicano Televisa, $ 12,8 millones; grupo Electroingeniería, dueño Radio del Plata y 360 TV y ganador de la licitación para la construcción de dos represas en Santa Cruz, $ 12,8 millones; La Mañana de Córdoba, atribuida por la Justicia a Ricardo Jaime, $ 12 millones; empresas deportivas de Marcelo Tinelli (Ideas Sports y Pro IDS), $ 11,6 millones, y Pinta Baires, la empresa publicitaria de los hijos del dirigente kirchnerista Dante Gullo, $ 10,9 millones..

AFSCA

La Autoridad Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual (AFSCA) es un organismo descentralizado y autárquico creado a partir del artículo 10 de la Ley N.º 26.522 de Servicios de Comunicación Audiovisual. Su función principal es aplicar, interpretar y hacer cumplir la nueva ley.
La Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, sancionada en 2009 y reglamentada en 2010, es una norma de vanguardia, que entiende la comunicación como un derecho humano equivalente a la libertad de expresión, y que promueve la democratización de las voces prestadoras de servicios. Su modo de concebir la comunicación es inclusivo, plural, y fuertemente antimonopólico y anticorporativo. La normativa es ágil y moderna: genera un marco para regular un sector por demás dinámico de la economía, sujeto a los continuos cambios e innovaciones tecnológicas del área audiovisual.
Las claves de la ley para un nuevo escenario de la comunicación.
· Garantizar el derecho a la información.
· Evitar la formación de monopolios y diversificar los prestadores.
· Asegurar frecuencias y espacios audiovisuales que garanticen la pluralidad.
· Fomentar contenidos diversos.
· Incentivar la producción local.
· Abrir y poner en circulación un registro público de prestadores
La sanción de la norma significó el punto culminante de un extendido debate popular. Tras su presentación como proyecto de ley, comenzó, en todo el país, un inédito proceso de participación ciudadana. En los 24 foros de discusión realizados, intervinieron organizaciones sociales, asociaciones representativas del sector audiovisual, empresas de comunicación, sindicatos, cooperativas, autoridades de todos los niveles y ciudadanos interesados en el tema. En el mismo sentido, el Congreso de la Nación organizó audiencias públicas, que contaron con la presencia de especialistas, intelectuales y personalidades del área, y de las que participaron todos los bloques parlamentarios.
De esta forma, la Argentina quedó a la vanguardia en el ámbito regional e internacional, tanto desde el punto de vista de la regulación del sector audiovisual como en lo que respecta a la participación ciudadana en la elaboración de las leyes.
La Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual sintetiza, mediante un contexto normativo, las mejores tradiciones del campo popular en la materia: profundizar la democratización, atendiendo los avances de la técnica y procurando, en clave genuinamente federal, el mandato a favor de la multiplicidad de voces, la pluralidad, la inclusión y el derecho a la información.
Más información en http://www.afsca.gob.ar